-- -- --

Y soñar durante el dia cuando llegara el momento de volver a experimentar esa sensación.
Ir galopando sin control hacia el horizonte. Sentirse libre.
Desafiar al viento a una carrera.
Un salto, unos instantes en el aire, despegarse del suelo. Poder volar.
Sentir la respiracion agitada, la adrenalina.
Y seguir corriendo, sin esperar llegar a una meta, sin tener un objetivo, un fin, solo disfrutar.
Verlo todo, sin llegar a mirar nada.
Oir el retumbar de los cascos sobre la tierra. Un bonito compás.
Huír sin saber de qué. Llenarse de esa tranquilidad, de esa sensación indescriptible.
Va bajando el ritmo, disminuyendo la velocidad.
Va volviendo a la realidad.
El sol va ocultandose tras las montañas,
hay que regresar.

"Libertad"

Ayer, en un rato libre. En uno de los momentos en los que no tengo la mente ocupada con lo que debo hacer, se me ocurrió pensar sobre la libertad, y escribí mis pensamientos.

Entendemos por libertad la facultad de hacer y decidir cuanto no se oponga a las leyes.
Sabiendo entonces que debemos respetar esas leyes; pero en el caso de que esas leyes, producto del acuerdo humano, no existieran, ¿Seríamos libres?.
Sí, podríamos decidir cuanto quisiéramos, pero ¿es que acaso esa acción de decidir no esta obligada por nuestros "principios"?, por lo tanto ya estamos sometidos a otras "leyes personales".
Pero suponiendo que esas "leyes" tampoco existieran ¿no estaríamos condicionados a su vez a nuestras capacidades físicas y mentales? ¿no estaríamos sujetos a nuestros propios pensamientos?, y si ese pensamiento no existiera ¿Seríamos entonces personas?

Piensen una cosa: Tenemos la capacidad de decidir, pero no poseemos la de no hacerlo, de no aceptar ninguna de las opciones, Porque en ese caso ya estaríamos decidiendo una alternativa, no elegir.

No se si será un problema del lenguaje, o que realmente la libertad no existe.
Pero sí sé que en todo momento somos "coaccionados" de alguna forma, siempre hay algo que nos incita y nos conduce a hacer lo que hacemos.

¿Tenemos libertad o solo nos parece que somos "libres"?

Mala suerte

Me despierto a las siete de la mañana, busco la ropa que tenía preparada para hoy.
La camisa tiene una mancha en uno de los botones...¡Bah, una corbata lo arregla todo!
Ya estoy arreglado, ahora los libros. Cojo el libro de primero, el de segundo y los que tienen que hacer los de cuarto.
Bajo al garaje, me subo en el coche, voy a arrancar y... está sin batería ¡Anoche me dejé las luces encendidas!.
Bueno, miro el reloj, ¡las ocho menos cuarto! Tengo quince minutos para llegar a la parada.
Salgo corriendo, hacia la puerta del garaje; el mando, el mando... ¡Mierda! Se lo dejé a la vecina.
Tranquilo, las llaves, ¡busca las llaves!... ¡Arriba!
Llego al ascensor, le doy al boton, no baja, otra vez pulso, ¡No baja!
Subo corriendo por las escaleras (106 escalones hasta el felpudo de mi puerta)
¡Mi récord! ni dos minutos en subir.
Bajo de nuevo al garaje, esta vez por el ascensor.
Salgo corriendo del edificio para llegar en...¡10 minutos!, pero yo puedo, si he subido los escalones en dos minutos puedo llegar en diez a la parada.
¡Por fin! Después de tanto correr, cruzarme con una señora mayor a la que casi tiro, y un coche que poco mas y me atropella. Lo hice. Llegé. Me subo al autobús.
Media hora despues llego al instituto. Mi calvario diario, y encima tarde.
Nada más entrar, me cae un zumo encima, (Menos mal que vacío) desde la puerta. ¿Cómo habrán conseguido que se mantenga ahí?. Bueno, eso no importa, ahora hay que regañarles.
-¿Quién ha sido?
-¿No sale nadie?. Muy bien, Parte colectivo y un punto menos en el examen para todo el mundo.
Despues de escuchar las quejas y reproches, por fin veo mi descanso, veo la silla... toda llena de tiza.¿Pero no se cansan? y para colmo de mesa tengo un pupitre, ¿Dónde esta la mesa del profesor?
No pasa nada, tranquilizate, es primera hora, y reparte los examenes que después se quejan de que no les da tiempo.
Los termino de repartir, y empieza la caza de chuletas.
Miro, lo primero a los tipicos "malos", y encima se ponen todos juntitos, para que no se les note ¿no?...
Veo a uno con toda la silla escrita... Buena letra, ¿Por qué no me la hará asi en el cuaderno?
Un examen confiscado, uno menos que corregir
Me canso de dar vueltas, limpio un poco la silla y me siento.
Pongo las manos debajo de la mesa para acercarla y...¡premio! toda llena de chicles (o espero que sean chicles ¡puajj!) Disimulo un poco, creo que nadie me ha visto.
Despues de aguantar seis horas de clase y a mocosos insolentes (¡ay! si todo fuera como antes...)
Llego a mi casa, (en bus de nuevo), y me pongo a comer las sobras del domingo que me dio mi madre en un taper.
Me paso toda la tarde corrigiendo los examenes.
Me acuesto.
Por la mañana voy al coche... sin batería.


Loco ¿ yo?

Hoy salí a la calle, a dar mi paseo, como llevo haciendo todas las tardes desde que me mude a esta gran ciudad, (con lo bien que se estaba en la sierra, aislado de todo)
Pero hoy fue diferente, pasó algo extraño.
Había muchísima gente; mucha más de lo habitual, apelotonándose a ambos lados de la calle, expectantes, como si fuera a suceder algo mágico, y, de pronto, escuché una música.
Todos se callaron.
Se oían unos sonidos fuertes y graves, como alguien dando golpes; otros muy agudos, como pitidos; y algunos, suaves y dulces. Pero todos parecían seguir un mismo ritmo.
Empezaron a aparecer seres extraños, vestidos de colores oscuros, con largas túnicas, y la forma de sus cabezas era alargada y acabadas en punta, como un cono; Sólo se distinguían unos ojos, pero más extraño era aún que algunos ¡Fueran descalzos!.
Poco a poco fueron pasando, dejando el rastro de la cera de las velas que portaban; pero, si esos extraños seres me asombraron, la impresión, no fue nada comparada con la que me llevé al ver a un grupo de esos extraños seres, llevando en una plataforma, (llena de vistosas flores, de velas y metales preciosos) a un hombre ¡clavado en una cruz!
¡No me lo podía creer!, ¡Llamarme a mí loco por haber vivido toda mi vida alejado de lo que ellos llaman "civilización"! y ahora ellos ¿ven natural hacerle eso a un hombre?
Grité, chillé intente acercarme a ayudarlo, pero solo me mandaban callar y me empujaban, impidiéndome el paso. ¡No podía ser!, ¿Cómo no le ayudaban? ¿Cómo podían pasearlo por la ciudad en esas condiciones?
Seguí intentando ayudarle, pero no conseguia avanzar; Al final desistí y me volví a mi lugar de origen, al campo de nuevo, que es donde mejor se está, no me vayan a hacer lo mismo que a ese pobre muchacho, los locos estos.


Un loco es sólo una persona que ve la realidad de un modo distinto a los "cuerdos"

"Mis Salvadores"

Acabo de quitarme los zapatos.Esos zapatos viejos, roídos y sucios, que están en la esquina del cuartucho en el que vivo.

Nunca habia pensado que fueran importantes, ni me ayudaran en algo. ¿Acaso alguien medianamente cuerdo piensa así?¿Alguien le agradece algo a sus zapatos?. No.
Pues deberían.
Nos aguantan todo el día, sin quejarse y sin protestar, y encima para colmo, los usamos y los tiramos cuando no nos sirven.

Pues bien, los zapatos esos roídos, viejos y sucios de aquella esquina cochambrosa, de este cuartucho minúsculo, de esta espantosa y maloliente ciudad ¡Me habían salvado la vida!

Todo empezó esta mañana.
Como todas las mañanas de mi vida, voy a la fábrica de juguetes para trabajar. Me pongo mi ropa, y por supuesto, mis zapatos.

Iba camino de la fábrica, cuando de repente salió un grupo de hombres de la nada y me empezaron a amenazar con pistolas; querían que les diera "el dinero" pero, ¿Qué dinero?, ¡si yo soy más pobre que las ratas! -les dije- Pero no me creyeron, así que no tuve más remedio que salir corriendo. Llevaba los cordones desatados, así que tropecé y me caí. ¡Justo un segundo antes de que me dispararan!
Por haberme caido, ¡seguía vivo!.
Me levanté y seguí corriendo hasta llegar a casa, donde me he quitado los zapatos.
Y aquí estoy, mirando a mis salvadores.


Nunca pienses que algo, sirve sólo para aquello para lo que esta hecho.

Atardecer

Un atardecer, el sol, poco a poco se va escondiendo detrás del mar; las nubes van tomando un color rosáceo que se refleja en él
Empieza a oscurecerse el cielo
Las olas provocan un sonido suave, casi imperceptible. No hay viento, solo una delicada brisa.
Dos gaviotas van bajando hasta posarse flotando sobre el agua cristalina, intentan conseguir su alimento;sumergen la cabeza, primer intento, fallido.
Continuan intentándolo, hasta que por fin pasa un banco de peces. Se sumergen de nuevo, esta vez con más suerte.
Antes de poder probar lo que tanto esfuerzo les costó conseguir, salen volando.
Una pequeña barca, aprovechando la soledad de la playa, introdujo las redes en el agua a la espera de poder subirla llena de peces.
Contento el pescador con su botín, se va, dando paso a las gaviotas de nuevo, que vuelven a buscar algún resto que se le haya escapado al pescador, y aprovechar así la ocasion.
Tienen suerte, consiguen dos o tres peces, y alzan el vuelo.
El sol se terminó de esconder, dando paso a una luna blanca que se reflejaba en el mar, haciendo que se iluminara de un color transparente.
Casi parecía poder andar sobre él.

Amantes


  Lo vio y se sintió feliz de estar con él
de sentir que lo tenía, que era solo suyo,
que en ese momento solo tenía ojos para ella.

Él se acercó a ella, y la besó.
Sus labios se unieron, formando, los dos,
una sola pieza que jamás se podria separar

Ella se sentía flotando en una nube de algodón
sin miedo a caer porque él estaría allí,
esperando para cogerla entre sus brazos.

Era como si nadie los mirara,
nadie podía ni tenia derecho a opinar
sobre lo que estaban haciendo porque se amaban,
y si decían algo, a ellos no les importaba.

Ella era feliz a su lado,
y él se sentía el hombre más feliz del planeta
porque ella no deseaba a otro que no fuera él.

Sentían los dos volar.

Los brazos de él eran como una cama para ella
en la que sentirse abrigada,
en la que siempre podria descansar.