Espera

Aguarda el autobús.
Busca un nuevo mundo
donde no sea juzgada,
dañada, rechazada.

Da riendas a su mente.
Teme lo desconocido
¿dónde debe pararse
sentarse y pensar?

Sarcasmo. Ironía
Ni ha comenzado
¿Dónde ha de ir?
Irse, Dejar atrás.

Tras ella las
lasas hojas cortan
tanteando el fino aire.

Recuerdos que atormentan
¡Tanto tiempo olvidados!

Dos cosas más antes de partir
Tirar el tiempo pasado
Doblegar el futuro.

Romper la realidad.
rasgar la soledad.

Recuerdos

Los pequeños granos de arena picaban al roce con la piel, levantados por la suave brisa que provocaba un leve vaivén en las olas haciéndolas sonar con una melodía tranquilizadora.
El sol de verano iba escondiéndose tras el horizonte, dejando un rastro rosado que poco a poco se transformaba en un intenso azul marino.

Sofía contemplaba absorta ese paisaje.
Llevaba años viendo la misma escena día tras día, y no se cansaba de admirarlo.
Era algo tan maravilloso.
Pero... Había algo extraño en esa playa, algo no era igual. Había cambiado, ¿o era su forma de mirarla?.
En su fuero interno, sabía que desde anoche, no volvería a ver la playa del mismo modo.
Le faltaba algo, le faltaba brillo, color, sentimiento.
Le faltaba él.
Su abuelo.
Con el que durante años paseaba, escuchando y aprendiendo de sus vivencias.
Entreteniéndose con sus anécdotas infantiles, las cuales contaba y escenificaba con gracia.
A sus 77 años, aún era un gran actor.
Seguía teniendo la voz cálida y grave que en tantas películas había oído.
Recordaba cuando le leía, y le enseñaba el mundo sin tener que moverse del colchón de arena en el que se encontraba.
"Tu y yo somos exploradores, creemos que hay algo mucho más allá de las palabras, y vamos a descubrirlo" Le decía antes de empezar una nueva lectura.

Muchos años han transcurrido, pero el recuerdo sigue ahí, como si estuviera grabado con fuego en su memoria.
Jamás lo olvidaría.
Para ella su abuelo nunca se ha marchado, nunca la dejará.
Aunque su cuerpo se desvanezca, continuará ahí, en esa playa, acompañandola, acariciándole la mejilla con cada soplo de aire.

Fin del mundo

Tolón, tolón, tolón, tolón
¡Los cuartos!
TOLÓN
Primera campanada, primera uva, primer temblor de tierra
TOLÓN
Segunda campanada, otra sacudida.
Se caen los platos que cuelgan de la pared, provocando un gran estruendo.
Nada comparado al que se produce al sonar la tercera campanada, cuando el temblor es aun más intenso, las copas se caen, la mesa tiembla y una pequeña grieta empieza a asomar en la pared de la chimenea
TOLÓN
Otra más, cuarta campanada.
Dejas de lado las uvas, piensas en tu familia: Tus hijos, tus padres, tus hermanos.
Cierras los ojos con fuerza, deseando ahora que no llegué el nuevo año, ni la siguiente campanada, la cual provoca otro temblor que agranda aún mas las grietas que van apareciendo en las paredes
TOLÓN
Corres, sin saber a dónde ir, todo tiembla.
El asfalto está agrietado y comienza a hundirse por algunas zonas

Tres campanadas más han sonado ya, y cada una con su temblor
Sigues dando vueltas, en busca de un lugar seguro, pero no ves nada, todo está borroso, difuminado.
TOLÓN
Vas perdiendo fuerzas, te vas cayendo, te vas sintiendo más débil, las campanadas son ahora mas lejanas y las dos últimas apenas son audibles.
¿Se está acabando el mundo?

Te despiertas, todo es blanco y hay demasiada luz
Un pequeño y débil pitido, suena de fondo
Consigues articular ¿Dónde estoy?
Y alguien te contesta
-En el hospital, has bebido demasiado

-- -- --

Y soñar durante el dia cuando llegara el momento de volver a experimentar esa sensación.
Ir galopando sin control hacia el horizonte. Sentirse libre.
Desafiar al viento a una carrera.
Un salto, unos instantes en el aire, despegarse del suelo. Poder volar.
Sentir la respiracion agitada, la adrenalina.
Y seguir corriendo, sin esperar llegar a una meta, sin tener un objetivo, un fin, solo disfrutar.
Verlo todo, sin llegar a mirar nada.
Oir el retumbar de los cascos sobre la tierra. Un bonito compás.
Huír sin saber de qué. Llenarse de esa tranquilidad, de esa sensación indescriptible.
Va bajando el ritmo, disminuyendo la velocidad.
Va volviendo a la realidad.
El sol va ocultandose tras las montañas,
hay que regresar.

"Libertad"

Ayer, en un rato libre. En uno de los momentos en los que no tengo la mente ocupada con lo que debo hacer, se me ocurrió pensar sobre la libertad, y escribí mis pensamientos.

Entendemos por libertad la facultad de hacer y decidir cuanto no se oponga a las leyes.
Sabiendo entonces que debemos respetar esas leyes; pero en el caso de que esas leyes, producto del acuerdo humano, no existieran, ¿Seríamos libres?.
Sí, podríamos decidir cuanto quisiéramos, pero ¿es que acaso esa acción de decidir no esta obligada por nuestros "principios"?, por lo tanto ya estamos sometidos a otras "leyes personales".
Pero suponiendo que esas "leyes" tampoco existieran ¿no estaríamos condicionados a su vez a nuestras capacidades físicas y mentales? ¿no estaríamos sujetos a nuestros propios pensamientos?, y si ese pensamiento no existiera ¿Seríamos entonces personas?

Piensen una cosa: Tenemos la capacidad de decidir, pero no poseemos la de no hacerlo, de no aceptar ninguna de las opciones, Porque en ese caso ya estaríamos decidiendo una alternativa, no elegir.

No se si será un problema del lenguaje, o que realmente la libertad no existe.
Pero sí sé que en todo momento somos "coaccionados" de alguna forma, siempre hay algo que nos incita y nos conduce a hacer lo que hacemos.

¿Tenemos libertad o solo nos parece que somos "libres"?

Mala suerte

Me despierto a las siete de la mañana, busco la ropa que tenía preparada para hoy.
La camisa tiene una mancha en uno de los botones...¡Bah, una corbata lo arregla todo!
Ya estoy arreglado, ahora los libros. Cojo el libro de primero, el de segundo y los que tienen que hacer los de cuarto.
Bajo al garaje, me subo en el coche, voy a arrancar y... está sin batería ¡Anoche me dejé las luces encendidas!.
Bueno, miro el reloj, ¡las ocho menos cuarto! Tengo quince minutos para llegar a la parada.
Salgo corriendo, hacia la puerta del garaje; el mando, el mando... ¡Mierda! Se lo dejé a la vecina.
Tranquilo, las llaves, ¡busca las llaves!... ¡Arriba!
Llego al ascensor, le doy al boton, no baja, otra vez pulso, ¡No baja!
Subo corriendo por las escaleras (106 escalones hasta el felpudo de mi puerta)
¡Mi récord! ni dos minutos en subir.
Bajo de nuevo al garaje, esta vez por el ascensor.
Salgo corriendo del edificio para llegar en...¡10 minutos!, pero yo puedo, si he subido los escalones en dos minutos puedo llegar en diez a la parada.
¡Por fin! Después de tanto correr, cruzarme con una señora mayor a la que casi tiro, y un coche que poco mas y me atropella. Lo hice. Llegé. Me subo al autobús.
Media hora despues llego al instituto. Mi calvario diario, y encima tarde.
Nada más entrar, me cae un zumo encima, (Menos mal que vacío) desde la puerta. ¿Cómo habrán conseguido que se mantenga ahí?. Bueno, eso no importa, ahora hay que regañarles.
-¿Quién ha sido?
-¿No sale nadie?. Muy bien, Parte colectivo y un punto menos en el examen para todo el mundo.
Despues de escuchar las quejas y reproches, por fin veo mi descanso, veo la silla... toda llena de tiza.¿Pero no se cansan? y para colmo de mesa tengo un pupitre, ¿Dónde esta la mesa del profesor?
No pasa nada, tranquilizate, es primera hora, y reparte los examenes que después se quejan de que no les da tiempo.
Los termino de repartir, y empieza la caza de chuletas.
Miro, lo primero a los tipicos "malos", y encima se ponen todos juntitos, para que no se les note ¿no?...
Veo a uno con toda la silla escrita... Buena letra, ¿Por qué no me la hará asi en el cuaderno?
Un examen confiscado, uno menos que corregir
Me canso de dar vueltas, limpio un poco la silla y me siento.
Pongo las manos debajo de la mesa para acercarla y...¡premio! toda llena de chicles (o espero que sean chicles ¡puajj!) Disimulo un poco, creo que nadie me ha visto.
Despues de aguantar seis horas de clase y a mocosos insolentes (¡ay! si todo fuera como antes...)
Llego a mi casa, (en bus de nuevo), y me pongo a comer las sobras del domingo que me dio mi madre en un taper.
Me paso toda la tarde corrigiendo los examenes.
Me acuesto.
Por la mañana voy al coche... sin batería.


Loco ¿ yo?

Hoy salí a la calle, a dar mi paseo, como llevo haciendo todas las tardes desde que me mude a esta gran ciudad, (con lo bien que se estaba en la sierra, aislado de todo)
Pero hoy fue diferente, pasó algo extraño.
Había muchísima gente; mucha más de lo habitual, apelotonándose a ambos lados de la calle, expectantes, como si fuera a suceder algo mágico, y, de pronto, escuché una música.
Todos se callaron.
Se oían unos sonidos fuertes y graves, como alguien dando golpes; otros muy agudos, como pitidos; y algunos, suaves y dulces. Pero todos parecían seguir un mismo ritmo.
Empezaron a aparecer seres extraños, vestidos de colores oscuros, con largas túnicas, y la forma de sus cabezas era alargada y acabadas en punta, como un cono; Sólo se distinguían unos ojos, pero más extraño era aún que algunos ¡Fueran descalzos!.
Poco a poco fueron pasando, dejando el rastro de la cera de las velas que portaban; pero, si esos extraños seres me asombraron, la impresión, no fue nada comparada con la que me llevé al ver a un grupo de esos extraños seres, llevando en una plataforma, (llena de vistosas flores, de velas y metales preciosos) a un hombre ¡clavado en una cruz!
¡No me lo podía creer!, ¡Llamarme a mí loco por haber vivido toda mi vida alejado de lo que ellos llaman "civilización"! y ahora ellos ¿ven natural hacerle eso a un hombre?
Grité, chillé intente acercarme a ayudarlo, pero solo me mandaban callar y me empujaban, impidiéndome el paso. ¡No podía ser!, ¿Cómo no le ayudaban? ¿Cómo podían pasearlo por la ciudad en esas condiciones?
Seguí intentando ayudarle, pero no conseguia avanzar; Al final desistí y me volví a mi lugar de origen, al campo de nuevo, que es donde mejor se está, no me vayan a hacer lo mismo que a ese pobre muchacho, los locos estos.


Un loco es sólo una persona que ve la realidad de un modo distinto a los "cuerdos"