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Y soñar durante el dia cuando llegara el momento de volver a experimentar esa sensación.
Ir galopando sin control hacia el horizonte. Sentirse libre.
Desafiar al viento a una carrera.
Un salto, unos instantes en el aire, despegarse del suelo. Poder volar.
Sentir la respiracion agitada, la adrenalina.
Y seguir corriendo, sin esperar llegar a una meta, sin tener un objetivo, un fin, solo disfrutar.
Verlo todo, sin llegar a mirar nada.
Oir el retumbar de los cascos sobre la tierra. Un bonito compás.
Huír sin saber de qué. Llenarse de esa tranquilidad, de esa sensación indescriptible.
Va bajando el ritmo, disminuyendo la velocidad.
Va volviendo a la realidad.
El sol va ocultandose tras las montañas,
hay que regresar.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Vi tu blog en el de los charlatanes, espero que no te moleste la incursion. =)

Me encantó el relato, esa sensación de libertad, el no tener que preocuparte por nada, sentir la adrenalina correr por el cuerpo...

Una sensación que merece la pena, si señor.

Un saludo!

Ainhoa dijo...

No, no me importa, al contrario, muchas gracias por comentar!
Escribí ese relato porque es lo que siento cuando monto a caballo y me entretuve intentando describir esa sensación.